Tarde de domingo

No lo había escrito en el post anterior, pero cuando leí «Los cuidados de Julia» envié un mensaje a un amigo que decía:

«Emilio, he encontrado EL libro de solos. Se llama Los cuidados de Julia, y es de una chica de Vitoria, de mi mismo año, Irantzu Landaluce. Está en Taifa Llibres, TIENES QUE LEERLO. Se lee en una hora y es tan bonito, tan triste, tan de amor..»

Él me respondió:

«Mañana por la tarde voy a buscarlo, últimamente ando tan liado en cosas no importantes que o me reconcilio con la tristeza, los solos o el amor o me muero… ah, qué título más bonito».

Me gustó que él hablara de reconciliarse con la tristeza y con el amor en la misma frase. Pensé que sí, que efectivamente él iba a entender este libro. 

Hoy él también habla de «Los cuidados de Julia» en su blog, y por extensión, de la tarde de domingo en la que recibió mi mensaje. 

Cuando recibes un mensaje así la respuesta suele ser muy impaciente, casi extraña, te sientes sorprendido de que aún quede alguien que piense en ti, o mejor dicho, en esas cosas y en ti a la vez, cuando hubieras puesto la mano en el fuego de que ya se había acabado el día, que es tan difícil algo que no sea sentirse fuera. (http://esdepp.blogspot.com/)

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