Libranda responde. Entrevista abierta a Arantza Larrauri

Hace unos meses le propuse a Arantza Larrauri, directora general de Libranda, enviarle una preguntas por mail para una entrevista que saldría en la edición en papel de Iguazú. Revista Artesanal de Literatura y Cultura. Me contestó que sí, que encantada de responderlas. Lo que ella no sabía entonces, ni yo misma, es que un tiempo después a mí se me ocurriría la idea de por qué no dejar abiertas las preguntas a todo aquel que quisiera, y expuse la idea en un post, en el que en los comentarios varias personas fueron dejando sus preguntas. Yo misma también hice una recopilación de las dudas o el sentir general sobre la plataforma que se transpira en Twitter, Facebook y algunos blogs y con todo ello preparé un montón de preguntas para Arantza, comentándole mi idea y de dónde había salido la entrevista. Tal y como esperaba, se tomó muy bien la iniciativa y accedió a contestar todo sin ningún problema, es más, si surgen comentarios o dudas a raíz de esta entrevista, los iré recopilando igualmente y en el siguiente número de Iguazú (previsto para agosto/septiembre de 2011) se los pasaré de nuevo a Arantza.

Hace unos meses le propuse a Arantza Larrauri, directora general de Libranda, enviarle una preguntas por mail para una entrevista que saldría en la edición en papel de Iguazú. Revista Artesanal de Literatura y Cultura. Me contestó que sí, que encantada de responderlas. Lo que ella no sabía entonces, ni yo misma, es que un tiempo después a mí se me ocurriría la idea de por qué no dejar abiertas las preguntas a todo aquel que quisiera, y expuse la idea en un post, en el que en los comentarios varias personas fueron dejando sus preguntas. Yo misma también hice una recopilación de las dudas o el sentir general sobre la plataforma que se transpira en Twitter, Facebook y algunos blogs y con todo ello preparé un montón de preguntas para Arantza, comentándole mi idea y de dónde había salido la entrevista. Tal y como esperaba, se tomó muy bien la iniciativa y accedió a contestar todo sin ningún problema, es más, si surgen comentarios o dudas a raíz de esta entrevista, los iré recopilando igualmente y en el siguiente número de Iguazú (previsto para agosto/septiembre de 2011) se los pasaré de nuevo a Arantza.

Hoy por fin puedo publicar esta extensísima entrevista, que merece la pena ser leída entera, mientras preparo la versión abreviada que saldrá en la edición en papel de Iguazú dentro de un mes, más o menos. Para facilitar la lectura, he preparado un pequeño índice por temas:

Sobre qué es y qué no es Libranda, y la necesidad o no de intermediarios en el mundo online.
Sobre los formatos de los archivos y la compatibilidad con los distintos aparatos electrónicos de lectura.
Sobre la relación con Barnes&Noble, Amazon y las fronteras internacionales en la venta de libros electrónicos.
Sobre los precios de los ebooks, el número de libros en el cátalogo de Libranda y otros temas.

Libranda responde. Entrevista abierta a Arantza Larrauri

Lo primero que leemos en Libranda.com es “Libranda es la mayor plataforma de distribución y difusión de libros electrónicos en lengua española”. Sin embargo, cuando nació Libranda, los usuarios (lectores), esperaban que Libranda fuera el Amazon español (la gran tienda donde conseguir por fin todos los títulos en castellano en formato electrónico) y hubo mucha decepción al respecto. Teniendo en cuenta que Libranda es una distribuidora y no una tienda, ¿qué valor aporta? ¿a qué tipo de usuario?

Efectivamente, Libranda no es ni ha pretendido ser nunca una tienda on-line de venta de libros electrónicos sino que siempre se ha presentado a si misma como una plataforma de distribución, esto es, una empresa de distribución cuya misión es hacer que los libros electrónicos de las editoriales lleguen y tengan presencia en el mayor número posible de tiendas on-line para que éstas puedan venderlos al usuario final (a los lectores).

Hagamos por un momento un paralelismo con el mundo del papel. En el mundo del papel, el denominado “distribuidor” tiene la misión de realizar toda la labor logística del proceso de venta de un libro: desde el almacenaje de los libros hasta su transporte a las distintas tiendas para que éstas puedan después venderlos.

Libranda hace exactamente eso, pero desde la perspectiva digital. Realizamos las tareas logísticas de la distribución digital, que pueden resumirse en cuatro aspectos: 1) almacenaje de los archivos, 2) protección de los mismos (sólo en aquellos casos en que autores y editores solicitan que los archivos incorporen DRM), 3) transmisión de los archivos y, finalmente, 4) gestión de los “metadatos” del libro. Los “metadatos” son todos los campos de información comercial y técnica sobre los títulos que después las tiendas recogerán para presentarlos en sus páginas web de venta (por ejemplo título, sinopsis, autor, precio, territorio donde puede comercializarse, elementos promocionales del libro, portada, etc).

El trabajo que Libranda lleva a cabo en España y en Latinoamérica es idéntico al que realizan todas las plataformas de distribución digitale internacionales. Las plataformas de distribución americanas y europeas como pueden ser Overdrive, Ingram, E-plateforme de Editis, o Numilog, -entre otras-, trabajan con las editoriales y las tiendas on-line de todo el mundo realizando las tareas logísticas antes mencionadas.

Los proveedores de Libranda son las editoriales y sus clientes son las tiendas on-line y, desde la plataforma, trabajamos día a día para aportarles valor en diversos aspectos. Somos por tanto una empresa B2B (Business to Business) y no B2C (Business to Client).

El valor que Libranda aporta principalmente a las editoriales es la posibilidad de que su catálogo tenga presencia en muchos puntos de venta distintos, tanto a nivel nacional como internacional. El sueño de cualquier autor y editor es que los libros estén en todas partes. En este sentido, las editoriales dejan sus archivos en nuestro almacén digital sabiendo que, -a través de nuestra relación técnica con las tiendas- esos contenidos llegarán a tener presencia en muchas librerías on-line del mundo.

Otro valor importante es la simplificación de la gestión de “metadatos”. Mediante distintas herramientas informáticas y el acompañamiento del equipo que dentro de Libranda coordina el trabajo de las editoriales, se gestionan los “metadatos” que se envían a las tiendas on-line. Ambos aspectos son fundamentales para facilitar el trabajo de las editoriales y contribuir a su transformación digital.

En cuanto a las tiendas on-line, el principal valor que les aportamos es el de poner a su disposición para la venta el catálogo de las principales editoriales de nuestro país (y, -dentro de muy poquito tiempo-, también el contenido de editoriales latinoamericanas así como de editoriales que publican libros en idiomas extranjeros). Las tiendas on-line que establecen una relación técnica con Libranda, emplean nuestros servicios tecnológicos para presentar el catálogo y los “metadatos” de los libros en sus webs de venta así como para posibilitar la transmisión de los contenidos hacia los clientes finales.

Establecer una relación técnica con una única plataforma que les realiza la gestión técnica y operativa de archivos y “metadatos” de muchas editoriales, facilita enormemente la vida de las tiendas on-line y contribuye a que éstas puedan “despreocuparse” de las cuestiones logísticas, centrándose en los aspectos comerciales y de marketing necesarios para la venta al cliente final.

David Soler en la misma línea pregunta anterior: ¿De verdad tiene sentido replicar el modelo de cadena de valor del mundo real en Internet que, justamente, tiende a la desintermediación? ¿Por qué?

Entiendo que la pregunta de David radica en saber por qué es necesario que existan las plataformas de distribución (replicando a las distribuidoras del mundo del papel) si las editoriales podrían trabajar directamente con las tiendas on-line.

En este sentido diría que la existencia de las plataformas de distribución es importante para garantizar la presencia en el mercado de todo tipo de editoriales y de tiendas on-line, no sólo de las grandes sino también, -y muy especialmente-, de las medianas y pequeñas.

Imaginemos un escenario donde no existieran las plataformas de distribución. En ese contexto, serían muy pocas las tiendas on-line que podrían invertir en los desarrollos tecnológicos necesarios para realizar todo el circuito logístico y comercial para la venta de libros electrónicos. La inversión necesaria es importante puesto que incluye todo lo relativo al hardware (servidores y ancho de banda para dar servicio) y al software (desarrollos necesarios para la gestión del DRM, de la transmisión de los archivos, la gestión de los catálogos, gestión de derechos territoriales, gestión de precios, etc).

Esta elevada inversión podría limitar el abanico de puntos de venta disponibles para los lectores y eso conllevaría una alta concentración. La concentración no es nunca buena para ningún mercado, y menos aún para el de la cultura.

En Libranda creemos que es importante que muchas tiendas on-line tengan la posibilidad de vender libros electrónicos ya que cada una de esas tiendas escogerá qué libros y autores promocionar, qué libros y autores destacar; atendiendo siempre a criterios y opciones culturales distintos. La diversidad de puntos de venta garantiza la diversidad de la visibilidad de la oferta y esta diversidad de puntos de venta es posible gracias a las plataformas de distribución que les aportan las soluciones tecnológicas para que puedan desarrollar el negocio digital.

Por otro lado, en esta fase inicial de transformación del sector editorial, las plataformas de distribución actuamos como “dinamizadoras”, trabajando codo con codo con las editoriales, ayudando a editoriales medianas y pequeñas a avanzar más rápidamente en esta nueva realidad.

¿Se planteó en algún momento que Libranda fuera una tienda-e? Y en caso negativo, ¿por qué se promocionó tanto al distribuidor que a ningún usuario –al menos a los lectores- le importa?

No, nunca se planteó que Libranda fuera una tienda on-line; desde el principio se planteó que fuera una distribuidora no una tienda.

Como tú bien dices, al ser una empresa B2B, nuestra marca debería haber sido invisible para el cliente final (lector), conocida tan sólo para nuestros proveedores y clientes que, como ya hemos comentado, son las editoriales y las tiendas on-line, respectivamente. En otros países, pongamos como ejemplo claro Estados Unidos, han sido las tiendas on-line las que han promocionado el libro electrónico y así como debería haber sucedido aquí en España. Sin embargo no ha sido así y creo que esto se ha debido a un conjunto de factores y circunstancias que trataré de exponer a continuación.

Mucho antes de que Libranda iniciara su actividad, la idea de que algunas editoriales españolas estaban trabajando conjuntamente en una plataforma de distribución (sin conocer el detalle exacto del planteamiento), era una información conocida y comentada en ocasiones en medios on y off line. A esto se añade el hecho de que unos meses antes del lanzamiento de la plataforma, -durante la fase en que estábamos realizando las formaciones a editoriales y tiendas-, se filtró en la red el nombre y algunos datos del planteamiento comercial de la misma.

Creo que fue lógico y natural que la iniciativa despertara tanto interés; no sólo por la novedad que representa el mundo digital, como por tratarse de un proyecto conjunto de muchas editoriales.

En esa etapa, detectamos que los posts, comentarios y noticias que surgían en la red, se prestaban a gran confusión porque se empezó a extender la idea de que Libranda era una plataforma de venta al público y se hacían consideraciones bastante imprecisas a partir de informaciones oficiales inexistentes.

Los medios de comunicación demostraban también mucho interés en clarificar el alcance de nuestro proyecto y, para evitar que la confusión arriba mencionada siguiera extendiéndose, en nuestra presentación del proyecto a los medios (Mayo 2010) quisimos aclarar que Libranda no era una tienda on-line sino una mera plataforma de distribución que realizaba únicamente las tareas logísticas del proceso (almacenaje y transmisión de archivos), sin influir en los aspectos comerciales o de venta al cliente final. Las tiendas eran las que vendían y tenían la relación con el cliente final. En definitiva, una empresa B2B.

La idea fue comunicada así en el encuentro con los medios y fue muy bien recogida por ellos en las distintas publicaciones. En la mayoría de los artículos publicados se dejó claro que Libranda no vendía al público final, que éramos una distribuidora logística. Eran las tiendas las únicas responsables de la tarea comercial. Teniendo en cuenta los escritos, creímos que el mensaje estaba claro y no le dimos más vueltas al tema.

Cuando ahora pienso en ello, creo que uno de los errores que cometimos fue pensar que la expresión “plataforma de distribución” en contraposición a la expresión “plataforma de venta o comercialización” iba a entenderse claramente. En el sector editorial, es habitual hacer esta diferenciación pero el matiz no es claro para el público general ya que la palabra “distribución” en internet se interpreta como sinónimo de “comercialización”.

Otra de las circunstancias que hicieron que Libranda ganara un protagonismo excesivo, fue el hecho de que las tiendas on-line que iban a vender los libros electrónicos no “hicieron ruido” al respecto; no promocionaron ni hablaron del nuevo formato que iban a comercializar. Las tiendas on-line eran las que debían haber hecho toda la comunicación, anunciando que en sus tiendas iban a comercializar libros electrónicos, dando de esta forma más visibilidad a esta nueva forma de lectura, pero, al no hacerlo, Libranda fue la marca que en general se relacionó con el libro electrónico.

En fin, estas son las principales causas que, a mi modo de ver, hicieron que Libranda, prácticamente sin proponérselo, se convirtiera en protagonista del mundo digital, para lo bueno y para lo malo. Para lo malo, porque se nos han atribuido muchas cosas que no se corresponden con nuestro ámbito de trabajo ni de responsabilidad y para lo bueno, porque creo que hemos contribuido a que se hable del libro electrónico en nuestro país.

De todas formas, confío en que durante el 2011, las tiendas on-line que ya trabajan con nosotros y las que trabajarán a partir de este año, mejoren y refuercen su comunicación y posicionamiento en el mercado del libro digital; ganando así todo el protagonismo que sólo ellas deben tener. Ése es el objetivo.

[Subir] Una de las principales preocupaciones de los lectores que están pensando en comprarse un lector de libro electrónico es el tema de los formatos. ”¿Funcionará el libro pagado y descargado en mi ereader? ¿qué pasa si no es así?” Por ejemplo con el Kindle sólo se pueden comprar libros de Amazon por su incompatibilidad, por lo que los de Libranda no podrán leerse en un Kindle. ¿Qué pueden hacer los usuarios de Kindle que quieran comprar un libro en Libranda?

El asunto de la compatibilidad de los archivos con los dispositivos es uno de los temas más importantes. Antes de contestar a tu pregunta, me gustaría hacer referencia primero a los dos aspectos que influyen en la compatibilidad de los libros con los distintos dispositivos electrónicos: el formato del archivo del libro electrónico y el sistema de DRM (Digital Rights Management) asignado al archivo.

En lo que respecta al formato, el formato Epub es el que se está consolidando (junto con el PDF) como el formato estándar de los libros electrónicos a nivel internacional. Prácticamente todos los dispositivos de lectura admiten la lectura de libros en este formato. Libranda pretende trabajar siempre con estándares que favorezcan la compatibilidad y, por ese motivo, los libros electrónicos que distribuimos tienen todos formato Epub y, en algunos casos, PDF.

En cuanto al DRM, el más extendido en la mayoría de plataformas internacionales es el DRM de Adobe (actualmente permite la lectura del libro en un total de 6 PCs o Macs + 6 dispositivos móviles).

En Libranda ofrecemos la posibilidad a los autores y editores de escoger y decidir si quieren que sus libros tengan DRM o si prefieren que no lo tengan y actualmente distribuimos algunos libros con DRM (la mayoría) y otros sin DRM.

Dado que el DRM de Adobe es compatible con todos los PCs, Macs, Notebooks y e-readers (a excepción de Kindle, del que a continuación hablaremos), Libranda decidió que el DRM que ofreceríamos a editores y autores sería éste, ya que era el DRM del mercado que permitiría que los libros se leyeran en la mayoría de dispositivos. Haber escogido otro DRM o creado uno propio habría dificultado mucho más la compatibilidad.

Y ahora, sí, respondo a la pregunta:

El dispositivo Kindle de Amazon no es compatible con el DRM de Adobe, es decir un libro comprado en cualquier tienda que vende libros protegidos con el DRM de Adobe no puede leerse en un dispositivo Kindle. Entonces, ¿qué libros pueden leerse en un dispositivo Kindle? Dos tipos de libros: 1) los libros que no tienen ningún DRM o 2) los libros que han sido comprados en la tienda de Amazon. Amazon desarrolló un DRM propio que se sale del estándar; ha creado un sistema cerrado: el lector tiene que comprar el contenido en Amazon para leerlo en su dispositivo.

Por tanto, respondiendo a tu pregunta, los lectores que quieran leer un libro de los que Libranda distribuye con DRM sólo podrán hacerlo cuando los libros estén disponibles en la tienda de Amazon y esta tienda sea una más de las que venden el catálogo que distribuimos. En cuanto a los libros que Libranda distribuye sin DRM, los lectores pueden adquirirlos en las tiendas que están conectadas a nuestra plataforma y leerlos ya en su Kindle.

Hay un punto que no hemos tratado todavía, el de las Tablets y los Smartphones. El propósito principal de estos dispositivos no es la lectura de libros por eso sus fabricantes no han incorporado de serie la solución de lectura y gestión del DRM de Adobe (cosa que sí ha han hecho, como ya hemos comentado, los fabricantes de los e-readers).

Para poder leer en Tablets y Smartphones los contenidos es necesario crear una aplicación de lectura que permita leer los libros con ese DRM. Libranda ha desarrollado dicha aplicación y algunas tiendas han licenciando ya la herramienta para ponerla al alcance de sus clientes (los lectores).

Si todo va bien y nada se tuerce, próximamente varias tiendas on-line españolas dispondrán de su aplicación de lectura para los entornos Apple y Android de forma que los libros distribuidos por Libranda (y por todas las demás plataformas de distribución con DRM de Adobe) serán legibles en dispositivos como Ipad, Iphone, Samsung Galaxy Tab y otros que vayan surgiendo en el mercado.

[Subir] Barnes & Noble abrió recientemente una tienda de ebooks en español, que se nutre del catálogo de Libranda. ¿Están disponibles todos los libros de Libranda en esta tienda, o sólo aquellos que los editores autorizan? ¿Qué porcentaje del catálogo de Libranda se puede comprar ahora en Barnes & Noble? ¿Puede un usuario desde España comprar un libro en esta tienda -americana-?

Esta pregunta me ayuda a explicar cómo funciona Libranda.

Cuando nosotros firmamos un acuerdo de distribución con una editorial, queda muy claro que siempre es la editorial la que decide en qué tiendas quiere vender sus libros y en qué condiciones quiere hacerlo. Son las editoriales las hablan con las tiendas y negocian sus acuerdos comerciales, -descuentos, campañas, etc-, (salvo algunos casos en que delegan esa función en Libranda).

Una vez la editorial ha llegado a los acuerdos con la tienda, nosotros sólo intervenimos en los aspectos técnicos y logísticos para que los libros de esa editorial puedan venderse en esa tienda.

Esta relación directa y libre de las editoriales y tiendas es fundamental para ambas partes pero, consecuentemente, hace que no siempre todos los libros estén en todas las tiendas en el mismo instante porque no todas las editoriales y tiendas se ponen de acuerdo en las condiciones comerciales a la vez.

En el caso concreto de la tienda Barnes&Noble, ésta todavía no vende todos los libros del catálogo que distribuimos porque hay algunas editoriales que están en el proceso de negociación de condiciones con la tienda. Actualmente Barnes&Noble vende el 55% de nuestro catálogo, pero estoy convencida de que en breve se alcanzarán los acuerdos y venderá todos los libros. Es una cuestión de tiempo, simplemente. Eso sí, para comprar actualmente un libro electrónico en la tienda de Barnes&Noble, es necesario comprar el libro desde Estados Unidos o desde Puerto Rico y pagar con tarjeta de crédito estadounidense.

En España estamos limitados por la ley del precio único del libro, y todas las librerías lo respetan escrupulosamente. Libranda ha cedido sus libros a Barnes, que ya está aplicando descuentos de casi un 50% en “La caída de los gigantes” ¿lo van a permitir? ¿es lícito y legal? ¿no lo habían previsto?

En España y en algunos otros países de la Unión Europea, la legislación relativa al libro, -ya sea en formato papel o en formato electrónico-, determina que es el editor el que fija el precio del libro (con la diferencia de que el IVA del libro en papel es del 4% mientras que el libro electrónico está sometido a una absurda discriminación fiscal tributando al 18% de IVA). Las tiendas tienen libertad para bajar el precio como máximo un 5% del precio que fija el editor.

En Estados Unidos y en otros países, esta ley del precio fijo no se aplica. Su legislación es distinta de forma que la tienda, a partir de un precio sugerido por el editor,-siempre y cuando la editorial haya firmado un “Contrato de Reseller” y no un “Contrato de Agencia”-, tienen libertad para bajar el precio del libro cuando lo venden a clientes finales de sus territorios correspondientes.

Estas diferencias legislativas y conceptuales son todo un desafío para la gestión del comercio del libro electrónico a nivel internacional.

Actualmente, las editoriales de todo el mundo y las tiendas estadounidenses están regulando su relación en base a dos modelos alternativos. El primero es el denominado “Contrato de Agencia”, en el cual se determina que es el editor el que fija el precio del libro sin que la tienda pueda variar ese precio. El segundo es el denominado “Contrato de Reseller” en el que se acuerda que la tienda puede variar el precio, siempre y cuando, la procedencia de la compra ocurra en Estados Unidos y Puerto Rico (ya hemos comentado que Barnes&Noble sólo vende en estos territorios incluyendo el filtro de la tarjeta de crédito).

Como he comentado en una pregunta anterior, las editoriales que trabajan con Libranda deciden la modalidad de contrato que regirá su relación comercial con las tiendas estadounidenses para las ventas que éstas hacen en los territorios de Estados Unidos y Puerto Rico. En cualquier caso, si un día Barnes&Noble quisiera vender a clientes finales de España, debería mostrar el precio fijado por el editor de acuerdo con la ley del libro que rige en nuestro país.

¿De verdad nadie se ha dado cuenta en Libranda del daño que puede hacer dar los libros a Amazon?
Por un lado será la muerte de las librerías tradicionales que ustedes dicen defender, En Reino Unido han cerrado el 30% desde que llegó Amazon. Pero lo más curioso es que no se den cuenta de que será el fin de las propias editoriales que pagan Libranda, ya que fomenta el modelo que quiere imponer Amazon, y que va directo del autor al lector

Tal y como he comentado en la pregunta anterior, las editoriales son quienes deciden en que tiendas on-line quieren comercializar sus libros. Libranda, en su condición de plataforma de distribución que hace tareas de logística digital, se limita a trabajar con las tiendas que sus proveedores, -las editoriales-, le solicitan.

Siguiendo con el tema de la venta internacional, hay quien comenta que Libranda prohíbe a sus tiendas asociadas la venta de los ebooks fuera de España. Sin embargo, en principio, son las editoriales (de acuerdo a sus planes y estrategias) las que imponen esta limitación a través de un metadato del ebook que marca el territorio donde se puede comercializar… ¿Nos puedes clarificar el asunto? ¿Puede un usuario fuera de España comprar un libro en las tiendas -españolas- asociadas a Libranda?

Efectivamente, entre todos los metadatos que las editoriales informan sobre cada libro, hay uno que hace referencia al territorio donde puede comercializarse el libro. En dicho campo, las editoriales indican los territorios para los cuales tienen derechos de venta (en base a los contratos que han negociado con los autores). Afortunadamente, la mayoría de libros tienen derechos de venta mundiales.

Sin embargo, al margen de ese derecho de venta mundial, las editoriales y Libranda hemos considerado oportuno, en esta fase inicial, ir desarrollando los mercados locales progresivamente, ir abriéndolos paulatinamente dando oportunidades para que las tiendas locales puedan desarrollarse y transformarse. Esa apertura paulatina de mercados permite además gestionar mejor las particularidades comerciales y legales de cada país.

La situación actual es la siguiente: las tiendas españolas asociadas a Libranda pueden vender los libros electrónicos a los usuarios de toda Europa y la única tienda extranjera que actualmente está asociada a Libranda, Barnes&Noble, vende a los usuarios de Estados Unidos y Puerto Rico. Sin duda, está situación irá cambiando y, a medida que se consolidan los mercados, se irán abriendo estos “geoblockings”, de manera que las tiendas españolas y las de todo el mundo competirán en un mundo global.

¿Qué sentido tiene trasladar al mundo digital los impedimentos fronterizos del mundo no digital? ¿Por qué un residente en España no puede adquirir un libro en formato digital publicado en Estados Unidos, pero sin embargo sí puede adquirir sin ningún tipo de problemas la versión en papel? ¿No resulta paradójico que el formato tradicional permita la circulación del conocimiento sin fronteras, cosa que por el momento no ocurre con las plataformas de contenidos digitalizados?

La verdad es que intuitivamente todos pensamos que las cosas deberían ser más sencillas en el mundo digital, la famosa frase “internet no tiene fronteras” la tenemos todos muy presente pero lo cierto es que sí las tiene y no siempre son sencillas de sortear. De hecho, son todo un desafío.

Como he comentado antes lo que es estrictamente necesario para que un editor pueda vender un libro en todo el mundo es que el autor del mismo le haya concedido los derechos mundiales de venta. Hay ocasiones en que los editores no tienen los derechos electrónicos mundiales sino sólo para determinados territorios, con lo cual no pueden vender el libro en todo el mundo.

El otro gran desafío es la gestión del precio de venta y las distintas legislaciones del libro en cada país; ya he comentado en una pregunta anterior que hay países con ley del precio fijo y otras que no. Esto significa que ,a medida que los “geoblockings” se abran y las tiendas on-line empiecen a vender a nivel mundial, tendrán que saber gestionar en sus tiendas distintos precios y monedas en función de la procedencia de sus compradores.

Ambos son ejemplos de cómo internet no está tan exento de fronteras como cabe pensar de entrada.

[Subir] Uno de las quejas principales de los lectores es el precio del ebook respecto al precio de la versión en papel, ya que la primera es sólo un 30% más barata que la segunda. ¿Cómo se ha calculado este precio de la versión electrónica? Todos entendemos que el precio actual de los libros en papel es el que es y que tiene unos costes, pero los costes de maquetación en ePub no son tan elevados (50-200€) y hay que dividirlos entre n archivos. Desde fuera nadie entiende esa política salvo que sean los propios autores-agentes quienes obliguen por contrato dicho precio lo cual no sucede en demasiados casos.

El precio de los libros electrónicos lo fija cada editorial de forma individual, en base a sus políticas comerciales. No hay por tanto una regla única de fijación de ese precio aunque, como bien dices, la mayoría de ediciones electrónicas son en este momento un 30%-35% más baratas que la última edición en papel.

La ventaja de precio sería mucho mayor si el libro electrónico no tuviera que soportar la discriminación fiscal que ya he comentado antes: ¡el 18% de IVA frente al 4% del papel! Si finalmente cambia la legislación que regula este hecho absurdo, ese diferencial de puntos hará que el precio del libro electrónico sea todavía más bajo. Espero que eso ocurra pronto.

En cuanto a la percepción del precio y la estructura de costes de las editoriales, cada editorial tiene sus propias circunstancias y de hecho serían ellas las que más adecuadamente deberían responder a esta pregunta, pero lo que sí puedo indicarte es que el único coste que la editorial se ahorra en una edición electrónica vs. una edición en papel es justamente eso: el coste del papel, que es, precisamente, uno de los costes más bajos en la creación de un libro. Todos los demás costes que hay detrás de la creación y comercialización de un libro electrónico siguen ahí, me refiero a: derechos de autor (incluyendo traducción, imágenes, etc), trabajos de edición, costes de distribución (no hay almacenes físicos ni camiones pero, como ya hemos dicho al hablar del papel de Libranda, sí hay un coste de almacenaje digital, DRM y transmisión de archivos), costes de promoción y marketing del libro y, finalmente, margen comercial de las tiendas que venden los libros electrónicos.

Si comparamos la situación de los precios de los libros electrónicos en otros mercados, especialmente en los europeos, vemos que es similar a la de España; incluso en la gama de libros de fondo, las ediciones digitales de los editores españoles suelen ser más baratas que en otros países.

De las previsiones iniciales de contar con 8.000 títulos a final de 2010 sólo se han alcanzado los 2.000. ¿Qué está impidiendo incorporar al catálogo todos los libros que se publican y la incorporación más rápida de los que ya existen? ¿Sólo los derechos de autor? ¿O hay otros problemas? ¿Tienen más problemas el ensayo (editoriales como Crítica, Taurus o Akal) y la historia que la novela, por ejemplo?

Ciertamente en nuestras previsiones iniciales aspirábamos a tener disponible un catalogo mayor al que finalmente hemos tenido, pero confío en que consigamos ampliarlo considerablemente en este 2011. Hay varios factores que hay hecho que la incorporación de títulos se haya ido ralentizando este primer año. Tú mencionas dos importantes, que son el periodo de negociación de derechos digitales y el proceso de conversión digital. Ese proceso consiste en convertir los ficheros PDF de las editoriales en Epubs. Una digitalización de calidad unida a la relectura de los libros para ver que la edición digital es perfecta, etc, lleva algún tiempo.

El grado de dificultad en la conversión de un libro de PDF a Epub depende fundamentalmente de los elementos que incorpora más allá del texto; si el libro incorpora imágenes, ilustraciones, tablas, notas, pies de página, etc es más complicada su conversión a Epub y la revisión debe ser muy cuidada para evitar errores. Los libros de ensayo suelen tener más elementos de este tipo que la novela, de ahí que su conversión sea más difícil.

¿De verdad la industria del libro ha tenido pérdidas millonarias por culpa de la piratería? Quiero decir que en la gran mayoría de los casos se bajan libros que no se encuentran a la venta en ninguna plataforma ni modalidad y eso sin contar que una descarga no equivale directamente a que esa persona se fuera a comprar el libro en papel, claro…

Pues la verdad es que no puedo contestar a tu pregunta porque no dispongo de datos o información para poder hacer una valoración rigurosa y sacar conclusiones sobre la piratería.

Lo que sí creo es que es muy importante ser rápidos en la creación de una oferta legal disponible para los lectores. Las ediciones simultáneas en papel y en digital me parecen fundamentales para la consolidación de esa oferta.

¿Qué sucederá con la plataforma Libranda una vez que las grandes editoriales decidan saltarse el intermediario que supone su propia creación (y así no tener que ceder un porcentaje) y llegar a acuerdos directamente con los grandes distribuidores (Amazon, B&N y Apple)? Es decir, ¿qué sucederá con las editoriales no tan grandes?

Libranda da servicio a todo tipo de editoriales, independientemente de su tamaño o volumen de negocio. Si la situación que planteas se diera alguna vez, las editoriales “no tan grandes” a las que haces referencia y que son proveedoras de Libranda, contarían con la plataforma para seguir distribuyendo sus contenidos tal y como están haciendo actualmente.

Si soy un autor-editor y he autopublicado mis libros, ¿puedo distribuirlos a través Libranda? ¿Qué requisitios hacen falta? ¿Qué pasos he de seguir? ¿Cuáles son las condiciones? ¿Qué comisión se quedará Libranda?

Libranda tiene abiertas sus puertas a todo tipo de editoriales. La pregunta que haces es extensa porque abarca todo el procedimiento comercial y operativo. Te propongo lo siguiente: ponte, por favor, en contacto conmigo en el email alarrauri((arroba))libranda.com y te enviaré la información necesaria para iniciar la distribución con Libranda (presentación comercial, contrato, etc). A partir de su lectura, esperamos tus comentarios sobre la documentación y lo organizamos todo para empezar a trabajar juntos.

¿Cuál crees que son las mayores ventajas para el propio autor de publicar una novela en formato electrónico respecto al papel?

La publicación de un libro en formato electrónico, -ya sea complementando una edición en formato papel o no-, puede ofrece sin duda oportunidades a su autor. Es, además, importante que los creadores ofrezcan a sus lectores la posibilidad de escoger el formato de lectura que más se ajuste a sus gustos y necesidades.

Destacaría tres aportaciones interesantes de la edición digital: 1) ofrece al autor la oportunidad de ampliar la difusión de su obra ya que su creación puede estar disponible en muchas más tiendas y mercados a nivel internacional, 2) permite al autor ampliar el contenido de su libro, incluyendo elementos y material adicional (referencias, video, audio, etc) que enriquezca la obra y aporte valor a los lectores y 3) aumenta las posibilidades de interacción de los lectores con la obra en sí.

9 comentarios

Blumm febrero 6, 2011

Gracias por la entrevista, Nuria.
Saco mis propias conclusiones y esperemos que las editoriales «independientes» se lancen de una vez a sacar el libro electrónico.

Julieta Lionetti febrero 7, 2011

Excelente trabajo, Nuria. Sin duda, habrá segunda parte, porque la situación irá cambiando con el tiempo y también porque hay muchos puntos que han quedado poco claros en las respuestas de Arantza Larrauri.

Algunos de los que más me han sorprendido:
1. Que no se aclare que ningún archivo epub, con o sin DRM, puede leerse en el Kindle. Más bien se afirma que sí se pueden leer si no llevan gestor de derechos. Esto es información que confunde a los lectores.
2. Que se mencione como ventaja para el autor la internacionalidad de la edición digital cuando en gran parte de la entrevista se ha subrayado que a) ese acceso no es tan fácil; b) Libranda y los editores han hecho un acuerdo para el «geoblocking» [sic].

Gracias a ambas por esta entrevista.

Vale febrero 7, 2011

QUE NOTON!
QUE EXCELENTE ENTREVISTA!
CUANTA INFO!
Una maravilla!
Yo doy talleres en Argentina acerca de cómo iniciar un proyecto editorial y el tema digital es recurrente que salga. Este material es muy valioso.
Te felicito!

JAUME febrero 7, 2011

interesante, sobretodo lo de los metadatos, primera notícia que Libranda toca mis epubs por dentro, más allá del DRM. Va bien saber estas cosas. Y me da la impresión que peca de tomar por inocentes a los lectores, Libranda no es tan neutra ni tan independiente de las decisiones de los editores, puesto que es una decisión más de ellos (no es una empresa que «oferece» servicios, es una empresa donde externalizan los editores servicios que deberían ser propios, una UTE en toda regla).
Muy interesante Núria!

A. febrero 9, 2011

Gracias, Nuria, muy interesante. Como han apuntado anteriormente, sigo teniendo las mismas dudas sobre la cuestión de la internacionalización y la contradicción que supone instaurar sistemas de control geográfico (lo que, paradójicamente, convierte a la edición en papel en un formato muchísimo más ventajoso para el lector). En general, sigo teniendo las mismas dudas sobre la viabilidad de la plataforma y de su capacidad para dar salida a la demanda, evitando con ello la difusión de las descargas «by the face».

Alicia febrero 13, 2011

@Julieta Lionetti
Bueno, un archivo epub sin DRM almacenado en Calibre se transfiere a cada lector en el formato que ese lector entiende, sea epub o mobi: son menos de dos segundos. Eso es lo que pasa: que la industria no entiende que los usuarios son mucho más reactivos que ella. A veces tengo la sensación de que ni siquiera están al tanto de lo que hay.

Deja una respuesta